CONTIGO Y SIN TI

“Nada es permanente, excepto el cambio”
Heráclito (540-480 a.C)


"Frente a la muerte de un ser querido, una separación o un divorcio... Cuando le decimos adiós a aquéllos que amamos porque emigran... Cuando nuestra salud se resiente... Cuando perdemos nuestro trabajo, o nos mudamos a otra casa... Entramos entonces en un difícil camino llamado DUELO. A pesar de ser inevitable, crea una angustia intensa y un dolor innegable. Irrumpe en nuestra realidad cotidiana y nos sentimos desamparados en un mundo que se vuelve caótico.
Lo que era, ya no es más. Lo que creíamos ayer, hoy ya no se sostiene.
Si bien todos sabemos enfrentar distintas pérdidas a lo largo de nuestra vida, muchas veces éstas nos sorprenden y no sabemos cómo responder.
El duelo es una prueba al coraje y a la tenacidad del espíritu humano, y nos recuerda la fragilidad de la vida.
Si tratamos de ignorarlo o demorarlo, no se evapora, siempre encuentra un camino para hacerse conocer.
Puede causar problemas físicos, emocionales y espirituales.
Lo profundo de nuestro dolor puede querer convencernos de que no hay ayuda posible o de que no podremos sobrevivir.
Nadie atraviesa esta situación de igual manera. Si bien el duelo es un proceso normal que sobreviene después de un cambio importante, muchas veces necesitamos de alguien que nos ayude a poner en marcha nuestros recursos y enfrentar así esta situación.
El tiempo sólo no cura las heridas, debemos ser activos en el trabajo del duelo. Podremos entonces, armar un proyecto de vida diferente acorde a nuestra nueva realidad, sin el dolor inicial y con la identidad reestructurada."

Los párrafos que preceden, debidos a Silvia Alper y Diana Liberman, son la esencia de lo que significa el proceso de duelo y cómo encaminarlo de manera positiva. Comienza haciéndonos ver que el duelo es una reacción normal a determinadas circunstancias de nuestra vida.

Desde nuestro nacimiento, que es la primera separación que sufrimos, hemos de andar ese camino constantemente a lo largo de nuestra existencia. El duelo es una reacción adaptativa, la forma que tenemos cada uno de enfrentarnos a esas pérdidas y separaciones.

Podemos decir que el duelo es el proceso de reacciones personales que siguen a un desapego. Su intensidad es proporcional a la intensidad del apego, no depende de la naturaleza del objeto perdido, sino del valor que se le atribuye. Este proceso es doloroso, por ello lo denominamos con la palabra “duelo”, que proviene del término latino “dolus”, que significa dolor.

Parkes y Bolwy afirman que “El dolor del duelo forma parte de nuestra vida, igual que la alegría del amor; es, quizás, el precio que pagamos por el amor, el costo de la implicación”.

Diariamente experimentamos duelos y lo más indicado es aprender a convivir con esta experiencia natural. Nuestra identidad se construye a través de las pérdidas que vivimos. Desde nuestra infancia aprendemos a enfrentarnos a estos cambios y lo hacemos de una forma personal, que tiene que ver con nuestras actitudes ante la vida, ante nosotros mismos y ante los demás.

Las situaciones de cambio nos exigen frecuentemente modificar nuestras costumbres y hábitos, nos crean incertidumbre hacia el futuro y en muchos casos suponen la pérdida de un proyecto de vida.

Muchos han comparado el proceso de duelo con un túnel que hay que atravesar para seguir viviendo. Si nos volvemos atrás y no entramos en él, pospondremos y prolongaremos el dolor.

El duelo afecta a todo nuestro ser, tanto físico como psicológico. Todo depende de cómo la persona vive y enfrenta una situación de duelo. Como proceso que es, no siempre supone mejorías en nuestro estado, sino que habrá regresiones y recaídas.

El duelo ocurre o se inicia inmediatamente después, o en los meses siguientes a la pérdida sufrida y está limitado a un período de tiempo que varía de persona en persona ( no se extiende a lo largo de toda la vida).

El trabajo de duelo es un proceso psicológico complejo de deshacer los lazos contraídos y enfrentarse al dolor de la pérdida. Por tanto, como dice al final de los párrafos que comentamos, exige ser activos. Es decir, dedicar tiempo y energía para desarrollar un nuevo proyecto de vida que la llene de sentido.

Con este fin, desarrollamos el taller “Pérdidas y proceso de duelo”, que pretende aportar una nueva óptica a los duelos que acontecen a lo largo de nuestra vida y en especial al que se produce por la pérdida de un ser querido como consecuencia de su fallecimiento.

Queremos acompañar en el duelo, proporcionando un espacio donde expresar el dolor, de manera que se reduzca la ansiedad y depresión y por tanto de los síntomas que las acompañan. Ayudamos a facilitar el proceso, reflexionando en la muerte, la pérdida, la aflicción, los apegos, estimulando la esperanza y ayudando a mejorar la comprensión de uno mismo, así como reforzando la capacidad de manejo y resolución de problemas.

Todo ello para conseguir recolocar emocionalmente a la persona que se ha perdido, de forma que permita seguir viviendo de manera eficaz y facilitar el establecimiento de nuevas relaciones.

Maite Márquez
Psicóloga col. AN05924
Contactar: maitepsi@gmail.com
o en el móvil 628074404



Comentarios

Entradas populares de este blog