Y para el 2017 qué.
En estas
fechas nos hacemos propósitos para el año nuevo, objetivos que queremos
alcanzar, hábitos que queremos dejar y otros que deseamos implantar. Sin
embargo, desde el mismo momento que estamos pensando en ellos, ya estamos
generando el proceso que nos impide lograrlos.
¿Cómo puede ser eso? Hagamos un
repaso a lo que hacemos. ¿Cuánta convicción tienes en conseguir lo que deseas?,
¿estás realizando tu propósito como si fuera un conjuro con el que pretendes
alcanzar el objetivo?
Normalmente la programación de este
año no se diferencia mucho de la del año pasado, y tal vez tampoco de la del
anterior. Con lo cual tenemos en la memoria el recuerdo del fracaso, y lo que
se implanta en nuestra mente, mientras estamos pensando lo que queremos hacer a
partir del 1 de enero, es que repetiremos el mismo abandono de otras veces.
Puede que tengamos algún objetivo
nuevo, ¿qué pasaría con éste? Pues, aunque sea nuevo, le colocamos la misma
carga que a los demás. Parece que hemos llegado a la conclusión de que cualquier
cosa que nos planteemos va a seguir el mismo camino.
¿Qué podemos hacer para que no sea
así y podamos realizar nuestros sueños?
En primer lugar comenzaremos por
esta toma de conciencia, por este darnos cuenta de la poca confianza que
tenemos en hacer realidad lo que nos planteamos.
Luego podemos hacer una lista de lo
que queremos conseguir. No es necesario que sea por escrito, pero si eso lo
facilita tampoco hay que dudar en hacerlo. Con esta lista podemos tomar dos
opciones:
·
Primera
opción: Vemos qué es lo más fácil de conseguir y nos enfocamos en ese objetivo
exclusivamente, cuando lo logremos podemos enfocarnos en el siguiente, que
también será el que nos parezca más fácil de alcanzar. Y así sucesivamente.
·
Segunda
opción: Empezar con el objetivo que nos sea más urgente, pero enfocarnos
exclusivamente en él. Comenzaremos dividiéndolo en objetivos más pequeños que
nos lleven al objetivo final e iremos paso a paso, celebrando cada pequeño
objetivo realizado que nos acerca al último.
Cualquiera de estas opciones, puede
quedar truncada si no valoramos antes qué circunstancias de nuestra vida nos
pueden afectar para centrarnos en lo que nos estamos planteando. O qué
características nuestras nos lo dificultan o impiden. En ese caso, tendremos
que hacer una revisión y un nuevo planteamiento. Quizás el objetivo en el que
tenemos que centrarnos es en resolver esas circunstancias o al menos modificar
cómo nos dejamos afectar por ellas. Y si se trata de alguna característica
nuestra, trabajar con ella.
Como puedes ver, la solución está en
tus manos. Sólo es cuestión de hacernos conscientes y luego responsables, es
decir tomar las decisiones que dependen sólo de ti. Por supuesto sólo podemos
trabajar en el presente. Los objetivos serán para un futuro, pero el primer
objetivo está aquí y ahora.
Que tengas una buena entrada de año.
La felicidad del 2017 está en ti, saca lo mejor que lleves dentro. Y si
necesitas ayuda profesional, que ése sea tu primer objetivo.
Maite Márquez
Psicóloga
colegiada AN05924
Psicóloga
Sanitaria, NICA 11799
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